martes, 29 de mayo de 2018

CARTA A LA TIERRA

CARTA A LA TIERRA

 Querida Madre Tierra: Permíteme esta misiva, después de tanto olvido, pero sé que me perdonarás. Este desahogo es fruto de la desolación en la que me encuentro, al ver que el modelo de desarrollo que nos habíamos trazado, se nos viene abajo. La historia reciente está, con frecuencia, marcada por diversos conflictos, por injusticias sociales y por varias formas de violencia temibles y terribles. Las consecuencias del desorden actual confirman la urgente necesidad, de que se aviven y se hagan realidad, los principios de la justicia, de libertad y de solidaridad entre nosotros. Aquel derecho innato, natural, de uso de los bienes terrenales, lo violan a diario los indecentes mercados de poder, fruto de la preocupante degeneración espiritual y moral que padecemos en todo el planeta. Estoy convencido, seguro que tú también, que como primer paso es fundamental desarmar la ciudadanía, limpiar de corruptos los estamentos públicos con una verdadera ética cívica, e invertir en el acceso a energías limpias. Si en verdad, de una vez por todas, nos propusiésemos alcanzar un equilibrio justo entre las necesidades económicas, sociales y ambientales de las generaciones presentes y futuras, tendríamos menos batallas y más concordia entre la Madre y sus hijos, que es lo que da vida y goce, paz y bien.

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